Ábrete las prendas, mujer que te deshojas,
Préstale tu carne a mis sudarios
Que vengo ávido de ti;
Dame las estrellas que se incendian en tus cuencas,
Recibe mi pulso fugitivo y hondo,
Gáname en tus ganas y tus delirios frescos,
Soy ese que pasa como un viajero más
Y deja en el andén escrito el nombre.
Sao Paolo, 27 de mayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario