Si creyera en alguna trinidad sería la que forman
Osilia, Martha y el Espíritus Santo
Maternal abuela que me mira desde la verde eternidad
con tus ojos verdes,
no dejes de bendecirme cada día de los siglos,
cada noche de mis pesares,
cada latido de mi soledad.
No olvides besarme antes de dormir,
purísima Osilia.
Todavía prefiero el café con leche en las horas tempranas,
y tus cuentos de diosas y dioses
en aquel jardín por donde un día te perdiste para siempre.
Purísima Osilia, no dejes de cantarme,
y ¡por Dios!, no dejes de mirarme con tus ojos verdes.
“ORACIÓN A MARTHA MADAN”
Martha Madan que habitas un país intrínseco y denso,
abierto a las brazadas infinitas del corazón;
acaso no percibes todavía hondísimas angustias,
mis gritos de ahogamiento…
¡no me desampares nunca!
Martha de mi sangre, María de mis nacimientos;
acógeme en tu pecho,
que es también mi pecho,
y ve siempre a mi lado, te lo pido.
Nota: Recuerdo que siempre que releía esta última oración sentía deseos de llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario