Canto a mis días finales

                                                             

                                                                           

                                                            “Quero ir para a morte como para uma festa ao crepúsculo”
                                                                                                                              Fernado Pessoa

Me gustaría culminar mis días en la ribera de algún majestuoso río 
 y evocar con viril nostalgia el tiempo que viví sobre la corriente de las aguas:
“ah, recuerdas, Iván, los días febriles de la infancia entre playas y barrios
junto amigos de rostros que perdí ya para siempre;
recuerdas, Iván, la ternura de una madre que partió tan a destiempo,
la lluvia que corría por el tejado mientras mirabas a tu vecina Beatriz,
de quien te hiciste novio para entrar al cine los domingos.

Recuerdas, Iván, las caminatas sobre los puentes de Matanzas,
los amoríos en el centro del país a pocas leguas del Hanabanilla;
recuerdas, Iván, los plátanos gigantes de la Carlota
y cómo fueron creciendo los palmares de Pinar
dentro del alma; recuerdas que amaste a la dentista de una prisión
y todavía su nombre cae como lluvia fresca.

Recuerdas, Iván, que te perdiste en el metro de Caracas,
que escuchaste los tambores de Barlovento,
que te arrimaste al pie de la montaña de Sorte
para recibir el espíritu de María Lionza;
recuerdas, Iván, tus desbordantes y simbólicos amores en La Habana,
tus lujuriosas citas en los templos a la vista de los santos y los ángeles;
recuerdas, Iván, cuánto ansiaste con pasión de hombre
los fervorosos cuerpos de las mancebas guieneses;
recuérdalo, Iván, y llévate contigo esos recuerdos
cuando tengas ya que irte a descansar bajo el aroma de la tierra.