Tres Pablo no olvido yo, uno fue Saulo
de Tarso, el de la conversión, el otro
sembró en España sus épicos huesos,
uno fue tras de Dios, y el otro tras
la República; pero un tercer Pablo,
mucho menos devoto y menos héroe
tal vez, caminó la acera común
de los hombres; pudo tener el mundo
y prefirió la calma de la casa;
convirtió en suyos mediante el fervor
del amor los hijos que nunca tuvo.
Pudo tener el mundo y prefirió
salir de pesca los domingos, leer
la prensa, los amigos, la familia;
optó por poseer la NADA y dejar
de huellas de sus pisadas la virtud;
no fue Saulo de Tarso ni cayó
por un disparo en la guerra civil,
optó en vivir su tiempo bajo el árbol
de sus nietos, los amó y vio crecer
y cuando presintió que ya los días
empezaban a acortarse, el que pudo
tener el mundo, clamó por sus nietos;
les ofrendó la palabra, y también
el silencio, les dejó las tilapias
del río, el sillón de la tarde, el libro
de cabecera, les legó la brisa,
el sol, su vida tornada un recuerdo.
Feb 2013
de Tarso, el de la conversión, el otro
sembró en España sus épicos huesos,
uno fue tras de Dios, y el otro tras
la República; pero un tercer Pablo,
mucho menos devoto y menos héroe
tal vez, caminó la acera común
de los hombres; pudo tener el mundo
y prefirió la calma de la casa;
convirtió en suyos mediante el fervor
del amor los hijos que nunca tuvo.
Pudo tener el mundo y prefirió
salir de pesca los domingos, leer
la prensa, los amigos, la familia;
optó por poseer la NADA y dejar
de huellas de sus pisadas la virtud;
no fue Saulo de Tarso ni cayó
por un disparo en la guerra civil,
optó en vivir su tiempo bajo el árbol
de sus nietos, los amó y vio crecer
y cuando presintió que ya los días
empezaban a acortarse, el que pudo
tener el mundo, clamó por sus nietos;
les ofrendó la palabra, y también
el silencio, les dejó las tilapias
del río, el sillón de la tarde, el libro
de cabecera, les legó la brisa,
el sol, su vida tornada un recuerdo.
Feb 2013
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